Recuerdo (Primera Parte)

Recuerdo cuando todo era fácil, recuerdo cuando lo más complicado era abrir una envoltura de esas que contienen las papas fritas. Recuerdo cuando aprenderme las tablas era el mayor reto. Recuerdo también cuando andaba con esa niña y no pensaba en el amor, pues en mi mente ese concepto no existía. Recuerdo cuando el primer día de clases casi lloro al no ver llegar a mamá a la salida. Recuerdo cuando aquél día que tiré a mi compañero, un poco queriendo, un poco no. Recuerdo cuando hacía travesuras y tenía muchos amigos; recuerdo además el día en que comencé a dejar de serlo y comenzar mi etapa de seriedad. Recuerdo, muy vagamente, la primera vez que en mi vida alguien dijo ‘La Salle’. Recuerdo mi infancia, como cualquier otro lo haría, no del todo, pero si aquéllo que ha dejado huella.

Recuerdo mi soledad, aquella época en la que comenzaba a dejar de ser un niño. Recuerdo cuando mis únicas conversaciones, que además eran cortas, las tenía sólo con mi amigo y mi profesora favorita; recuerdo cuando esos momentos hacían que mis días valieran la pena. Recuerdo cuando me daba cuenta de que existía algo llamado amor, algo llamado sexo y algo llamado atracción, cuando por vez primera me gustó alguien enserio, una chica que desde temprana edad había compartido escuela conmigo y que ahora se había ido. Recuerdo las clases de orientación sexual, que decían cosas que aún no entendía del todo; recuerdo la rareza, pero a la vez lo mágico de que una religiosa hablará sobre el tema, ¿una religiosa? Recuerdo haber ido en escuelas religiosas desde primero de primaria y, de hecho, seguí en la misma hasta ahora, pues también era secundaria. Recuerdo cuando gané el spelling bee y me dieron libros de fábulas como premio. Recuerdo cuando fui el único en presentar una ponencia en un evento frente a padres y alumnos de toda la escuela; recuerdo lo tan nervioso que estaba y lo tanto que me gustó hacerlo; recuerdo que, a partir de eso, mi mentalidad cambió y quería dejar de ser ese niño/chico que durante tres años casi no hablaba. Recuero las clases de ortografía con la maestra que mencionaba, me gustaban pues siempre me hacía hablar. Recuerdo aquella religiosa, a la que muchos odiaban y por la que muchos se iban, para mí era la mejor. Recuerdo ser un chico de secundaria, que no tenía en mente lo que ahora es.

©JuanDanielPaz

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